La búsqueda de nuevas formas políticas

Si hace tan solo dos años nos hubieran dicho que habría un presidente anarcocapitalista en Argentina que se reuniría con todas las grandes figuras políticas y empresariales del mundo, con una extraordinaria acogida, habríamos pensado que era imposible. 
24 September 2024

El auge de políticos, que he denominado autoridades carismáticas, como Milei y Bukele hace que no sea tan descabellado ver la aparición de nuevas formas de organización política postestatales en las próximas décadas. 

Si hace tan solo dos años nos hubieran dicho que habría un presidente anarcocapitalista en Argentina que se reuniría con todas las grandes figuras políticas y empresariales del mundo, con una extraordinaria acogida, habríamos pensado que era imposible. 

Muchas de estas figuras se encuentran con limitaciones más que considerables para producir y para mantener con seguridad sus empresas. Se encuentran con regulaciones e impuestos, con persecuciones políticas, con acoso judicial. Qué gran oportunidad sería para los países en vía de desarrollo ofrecerles la posibilidad de un nuevo contrato social.

A medida que la inteligencia artificial avanza a ritmos de vértigo, que los negocios digitales proporcionan a sus propietarios beneficios con los que jamás habrían soñado los empresarios industriales, cada vez más capas sociales se ven en una situación de precariedad porque no son capaces de aportar valor al mercado, ni de capitalizarse por la inflación y los impuestos. Esto, a medio y largo plazo, provocará una situación de desigualdad agravada y un caldo de cultivo para la proliferación, aún más, del socialismo en todas sus vertientes. 

Es en ese contexto en el que la posibilidad de desarrollar jurisdicciones personalizadas se abre como una oportunidad de alianza para generar un nuevo contrato social entre países en vías de desarrollo, personas que aportan alto valor añadido y empresarios de la era digital, para crear un nuevo contrato social que permita beneficiarse a unos y a otros en una jurisdicción a medida. 

La aparición de las autoridades carismáticas en el mundo empresarial y político facilita la posibilidad de llegar a acuerdos más fácilmente, mientras que gracias a Internet y las redes sociales sería muy fácil agregar la potencial demanda interesada en abandonar sus Estados cada vez más socialistas. 

Para llegar a ello, lo primero necesario es salir del marco mental estatista. Puede haber formas políticas que no sean estatales, puede haber una ciudad libre, dentro del territorio de un Estado, pero que no se rige por sus normas jurídicas. Un nuevo contrato social entre los padres fundadores de la ciudad y los líderes políticos de los Estados podría regular las relaciones y condiciones entre ambos. Ya sea mediante tributos, pagos iniciales o ventajas, sería altamente beneficioso para ambas partes, ya que unos conseguirían atraer capital y otros un espacio de libertad política. 

Y Bitcoin tiene un papel fundamental en este proceso de transformación política, porque permite hacer un smart contract muy sencillo: una multifirma. Imaginemos que tenemos una caja fuerte que tiene tres cerraduras y con introducir dos llaves se puede abrir. Pues esto es lo que nos permitiría imponer costes por el incumplimiento del nuevo contrato social a los Estados. Me explico. Imaginemos que ambas partes, para garantizar el cumplimiento de su contrato, depositan garantías por importes significativos en esta caja fuerte. Cada una de las partes tiene una llave, y la tercera llave se deposita en una corte de arbitraje internacional que en caso de conflicto resolverá entre ambas, simplemente introduciendo su llave.

Esto nos permite someter a Derecho a los Estados, algo que antes era imposible por su carácter de soberanos. Y aunque las multifirmas se puede hacer en otras redes, no hay otra que tenga la descentralización y resistencia a la censura de Bitcoin.

Imaginemos que la relación entre la nueva jurisdicción y el Estado establece que los primeros no pueden hacer tráfico de drogas ni de personas y que el Estado a cambio no puede invadir su territorio ni limitar su capacidad exportadora e importadora. Si las relaciones entre ambos son buenas y sin incumplimientos, ambas partes pueden resolver la multifirma y recuperar sus garantías. En caso de que una de las dos incumpla sus obligaciones, bastará con acudir al arbitraje para demostrarlo y simplemente con la llave del árbitro se podrá ejecutar la garantía. 

Esto genera un sistema de disuasión que asegura el cumplimiento del contrato social, y en caso de saltárselo será muy lucrativo para la parte afectada. 

A medida que los canales por los que los Estados transmitían su relato a la ciudadanía se van descentralizando, veremos cómo comienza un auge de la entrada en política de los creadores de contenido que ahora capturan más audiencia que los canales de televisión tradicionales. Las autoridades carismáticas —políticas y empresariales—, las jurisdicciones personalizadas y Bitcoin serán elementos fundamentales en el cambio de era que estamos viviendo:

“El futuro lejano son pequeñas ciudades libres con ejércitos de drones y políticas de inmigración basadas en habilidades [y capital], rodeadas por un mar de Estados socialistas fallidos.” Naval Ravikant

Álvaro D. María

Álvaro D. María es graduado en Derecho y Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid e investigador en la facultad de Derecho. Ha realizado un Máster en Auditoría y Contabilidad Superior por el Consejo General de Economistas, y posee una amplia formación en Filosofía del Derecho y Teoría del Estado.

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